Los espectadores superan a las lanzas en la conferencia sobre ‘La rendición de Breda’

Escrito por Carlos Illán Ruiz - 21DEhoy agenCYA. 26 de febrero de 2022, SÁBADO.

Ciento setenta y cinco personas completan el aforo autorizado en la sala Isaac Peral de la UPCT para el acto organizado por la asociación Tercio Viejo de Cartagena y la Escuela de Infantería de Marina ‘General Albacete Fuster’ sobre el cuadro que pintó Diego Velázquez, en el que Juan Orti (presidente del colectivo cartagenero) y Lucía Martínez (restauradora del Museo del Prado) expusieron numerosos entresijos de “un cuadro muy complejo”, como se afirmó, y de su motivación histórica.


‘La rendición de Breda’ es un óleo sobre lienzo pintado entre 1634 y 1635 por Diego Velázquez, respondiendo a un encargo efectuado por SM Felipe IV para la decoración del palacio del Buen Retiro, cuyo salón de reinos encargó cuadros de doce batallas. Se conserva en el Museo del Prado de Madrid desde 1819 y también es conocido por ‘Las lanzas’.​

La base histórica es el sitio de Breda, cuyos defensores resistieron heroícamente hasta que tuvieron que rendirse ante un ejército de cuarenta mil soldados que Felipe IV envió al frente de Ambrosio de Spinola. El 5 de junio de 1625 es cuando tuvo lugar la capitulación, que es el momento que recoge Velázquez, en una obra que aglutina poderío (más lanzas españolas que enemigas) y nobleza, como refleja que el intento de arrodillarse, con las manos en la mano, de Justino de Nassau lo impide Spinola poniendo una mano sobre su hombro, para evitar la humillación. La orden de los generales españoles fue que los vencidos fueran rigurosamente respetados y tratados con dignidad, y así se trató de plasmar. ‘El valor del vencido hacer al vencedor’, es una frase que también se observa en este trabajo pictórico.



La elaboración del cuadro y el artista también tiene su capítulo propio, como se expuso en la conferencia. Esa época del siglo XVII fue en la que Velázquez cambió su forma de trabajar, tras su paso por Italia y por conocer la forma de trabajar de Rubens, como expuso Lucía Martínez, que canalizó más colores en la paleta del sevillano para crear “un cuadro muy complejo”.

La restauradora del Museo del Prado afirmó que Velázquez “tenía capacidad para transmitir emociones” y que fue en su época “más moderno que muchos pintores del siglo XXI”.

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