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Carthagineses y Romanos miran ahora hacia ‘el año del resurgir’… con campamento

Fin del Annus XXXII. Satisfacción por lo hecho y por la responsabilidad mostrada, pero con un gran vacío por la ausencia de la gran aldea, entre otros actos. Los discursos de los personajes principales han ido en esa línea, junto a la gratitud por todo el cariño recibido. Eduardo Conesa, vicepresidente festero, ha expresado que acaba de empezar el trabajo hacia la edición 33, “en la que la luz vencerá a la oscuridad y volveremos a pisar las calles de de esa ciudad que levantamos cada año”, siendo el autor de la frase de la noche: “Aquí nos bebemos los problemas con el asiático”.


⚔️ El fuego sagrado fue apagado por los representantes de La Aparecida y de La Unión, lugares donde se encendió, y la alcaldesa ha agradecido el buen comportamiento festero “contra viento, marea y pandemia”, regalando una obra de Pedro Cano

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Minutos después de las nueve de la noche comenzaba la actividad en el auditorio ‘Paco Martín’ del Parque Torres con los mensajes de la asociación benéfica y apostólica ‘Cartagena por la Caridad’ y de la asociación ‘Hipocampus’, dos de las diez entidades a las que irá el dinero recaudado por la taquilla de la venta de entradas. Aunque esas proyecciones han estado cada día, esta vez no era una jornada más. Era la última del Annus XXXII, el ‘Año de la esperanza’, en la que se ha regresado de forma parcial. Un acróbata ha actuado en esos inicios del acto de clausura, llegando después los dioses y los personajes infantiles y adultos, estos últimos bajando por las escaleras entre el público.



Carmen Pareja (Himilce) ha mostrado la emoción que sentía en ese lugar, el auditorio, “que ha dado a nuestros actos una magia especial”, ha dicho, pero matizando que los festeros “sabemos que nos falta algo”, desenado que en 2022 sea el ‘año del resurgir’ con un disfrute total y con “el latido del campamento”. Víctor Nieto (Aníbal) ha expresado que se despiden “unas fiestas diferentes,en las que hemos sentido que nos falta algo”, añadiendo que mantienen la esperanza “de vovler a disfrutarlas como las conocemos”. También se refirió al futuro, “pues no hemos tocado techo y hay que trabajar para seguir creciendo”. Ha concluido dirigiéndose a Adil Mata (Escipión), “la historia nos hizo enemigos y las fiestas, hermanos”. El romano ha sido quien después se ha dirigido al público para dar las gracias “en mayúsculas a todos”, resaltando el valor de las personas “cuando desaparece el ego”, reitrando sus “infinitas gracias a todos los que habéis formado parte de ese camino”. Ana Gómez (Emilia Paula) ha cerrado desvelando que se llegaba “al final de un largo recorrido, donde he llorado y vivido como una patricia romana. De mujer a mujer, gracias Emilia Paula”. Los vivas a Cartagena y a las fiestas han cerrado las alocuciones de cada uno entre ovaciones del público. Recordar que los cuatro han finalizado las dos ediciones encarnando a los personajes principales de las fiestas y serán nuevos rostros los que los representen, salvo imprevistos, en 2023.



Una voz ambiental que representaba a Cartagena ha continuado con el hilo del acto, siempre en clave melancólica por el cierre de una edición y de satisfacción por cómo ha transcurrido, remarcando que ya es objetivo está en la siguiente. “Cartagena la conforma su pueblo, que cada año hacen en 10 días una ciudad única. ¡Viva la trimilenaria!”, ha proclamado. Una recopilación de opiniones sonoras grabadas y un recorrido visual de esta edición de fiestas han ido pasando por la gran pantalla, con mensajes escritos como: “Pase lo que pase, seguiremos luchando” y “Lo hemos conseguido”.



El vicepresidente de la Federación de Tropas y Legiones, Eduardo Conesa, le puso garra a sus palabras: “Hoy no es el final, hoy el fuego  enciende el corazón de los festeros, hoy empieza todo… La luz vencerá a la oscuridad y volveremos a pisar las calles de esa ciudad que levantamos cada año”, después ha fijado una misión a los presentes: “Cartageneros y festeros, ser mensajes de lo que ocurre en Cartagena cada septiembre, aquí nos bebemos los problemas con el asiático. ¡Sean las fiestas de 2022!”.

La regidora del municipio, Noelia Arroyo, se ha dirigido a todos los presentes y a los ocho personajes infantiles y adultos (dirigiéndose a ellos con sus nombres de pila) para transmitir la gratitud del equipo de gobierno municipal “en un año muy difícil, gracias por vuestra adaptación, que no era fa´cil, y los actos lo habéis hecho con la misma grandiosidad. Enhorabuena por vuestra responsabilidad contra viento, marea y pandemia”, para añadir que el “gran reto está ahora en el año del resurgir”. Ha concluido indicando que las fiestas con patrimonio histórico de Cartagena, que tienen la ‘Medalla de oro de Cartagena’ y que ahora tendrán en su sede “una pieza de museo de Pedro Cano, un pintor universal que ama Cartagena”, entregando a la Federación una pintura del Teatro Romano y la catedral de Pedro Cano. También ha dado las gracias al trabajo de funcionarios municipales y de los voluntarios, recalcando que ya hay que trabajar en ‘el año del resurgir’ y “en el reto del campamento”.

Un legionario romano y un guerrero carthaginés, con sendas antorchas, recogieron el fuego sagrado y se dirigieron a las esquinas superiores del auditorio, donde estaban los lábaros (además de globos blancos) de sus respectivos bandos. Después llegó el apagado del pebetero a cargo de los mismos pueblos donde se encendieron el 17 de septiembre. Pedro López, como alcalde de La Unión, y Juan Manuel Ayaso, como presidente de la Junta Vecinal de La Aparecida, han sido quienes ha ahogado una llama algo rebelde a ser apagada.



El final lo ha puesto, como en cada edición, el himno de Cartagena, esta vez, aprovechando las pantallas, con formato karaoke al ir apareciendo su letra. Después, un gran castillo de fuegos artificiales ha puesto un brillante broche.

El acto de clausura fue emitido en directo por Tele Cartagena y por la página web de Carthagineses y Romanos

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