Los ‘cruzados’ de La Magdalena

Escrito por Carlos Illán Ruiz - 21DEhoy agenCYA. 10 de mayo de 2022, MARTES.

Un intenso domingo de mayo preparó la asociación de vecinos con bailes tradicionales, trovos, poesía y un concierto, además de convertir el área de celebración en un escenario que representaba cómo era la celebración de la Cruz de Mayo en el campo, con diabluras y mensaje de amor en torno a una floreada cruz elaborada con la vegetación de la tierra. GALERÍA DE FOTOS (pinchar aquí)



La asociación de vecinos de esta pequeña población del oeste cartagenero sigue siendo referente de muchas de las celebraciones del municipio. Esta vez tocaba festejar las Cruces de Mayo y volvieron a superarse en la plaza de la ermita y su entorno, en el que también hay que destacar las mejoras que está experimentando con el vallado del campo de bolos, una nueva pista polideportiva y, especialmente, una era que será un espacio de multiusos.

La cruz, como es obvio, fue importante foco de atención para los numerosos visitantes. Sobre la estructura cruzada de forja creada por Alfonso Núñez, se formó con trigo, cebada, avena, alcachofas… Es decir, la vegetación silvestre que se recoge de nuestros campos, como hacían nuestros mayores no hacen muchas décadas. También hubo muchos más detalles que reflejan la amplia distancia real que existe entre la celebración autóctona en Cartagena de la invasión rociera, muy moda en otros puntos del municipio.

La festejación de la llegada de la primavera servía también para dar rienda suelta a los enamorados y los vecinos de La Magdalena lo reflejaron con mensajes que lucían junto a donde estaban tendidas faldas tradicionales más que centenarias. También era época de diabluras, como cambiar las macetas de casa o taponar puertas, lo que también simularon en diversos puntos, además de otra ‘trastada’ habitual, como era mudar de ubicación un carro, que en esta ocasión fue el de ‘Juan El Paletas’.

Los bailes de los integrantes del Grupo Folklórico de Los Dolores, el arte de la poesía (repentización incluida) y la música de la banda de música de Nuestra Señora de la Soledad, bajo la batuta de Isabel María Hernández, acompañaron las horas de una soleada jornada, además de los manjares gastronómicos y refrescantes bebidas que salían de la cantina. El colectivo vecinal, para ayudar a costear sus actividades, vendió pin con su logo y llevó a cabo la rifa de una cesta con quesos y una botella forrada en esparto.

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