El folclore vuelve a llenar el cielo de colores

Escrito por Carlos Illán Ruiz - 21DEhoy agenCYA. 10 de julio de 2022 - DOMINGO.

El XXVIII festival nacional ha regresado al patio de la finca Casas Grandes de La Palma con una doble jornada de una gran calidad artística que ha atraído a bastantes cientos de personas, que además disfrutaron de manjares gastronómicos tradicionales y de un brillante y largo castillo de fuegos artificiales que, por la falta de hábito en los últimos años de estar de forma prolongada mirando hacia arriba, causó bastantes ‘tortícolis’.

📌  Brillante estreno en el escenario de la nueva hornada de jóvenes valores del grupo ‘Ciudad de Cartagena’

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Los amigos del grupo folklórico ‘Ciudad de Cartagena’ han regresado a las andadas, dicho en el buen sentido, pues otra vez se han dado una ‘paliza’ a trabajar para preparar lo que son dos noches mágicas en el patio del palmeral de las Casas Grandes, en las instalaciones de la UPCT en La Palma. El viernes se acostaron bien entrada la madrugada y se levantaron con los primeros rayos de sol. Había que recoger lo generado en la jornada y preparar la gran clausura. Mucho trabajo (altruista), pero a la vez con el buen rollo de un gran colectivo humano, por lo que más que un ‘castigo’ (voluntario) se ha tratado de un disfrute en un reto común entre amigos. Otra vez, el resultado fue sensacional.



Fueron dos jornadas de folk y folclore, palabras que pueden representar lo mismo pero que también separa modalidades. La ‘Gran noche de folk’ dek viernes ofreció las actuaciones de ‘Los malagatos’, de Málaga’, y ‘El naán’, de Palencia, mientras que el sábado fue el ‘Festival de folclore’. Tres años después, el escenario volvió a acoger el baile más tradicional, siendo los primeros en actuar los más jóvenes del grupo palmesano, en esta categoría llamados grupo folclórico infantil ‘Santa Florentina’. Qué satisfacción dio ver actuar a esa nueva hornada, en lo que era su debut escénico. Nuestras tradiciones tienen futuro tanto como presente y ahí hay que referirse a la actuación del grupo adulto. Qué agradable resultó verlos otra vez bailar bajo las coloreadas palmeras y con esos históricos vestuarios de nuestros campos. Cuando acabaron, se cambiaron con rapidez (casi ‘a lo Superman’) y se pusieron a trabajar con el resto de grupo en la cantina y en otros puntos de la finca. Voluntad (auténtica) de servicio se llama eso.

Por el escenario también pasaron tres grupos más, cada uno con su sello de identidad y todos con un espectáculo brillante. Comenzó con ‘Abuela Santa Ana’ de Albacete, continuó con los muricnaos del grupo de coros y danzas ‘Francisco Salzillo’, también de larga trayectoria, y concluyó con un estilo distinto pero igual de brillante a cargo de coros y danzas ‘Villa de Leganés’ de Madrid, aunque en realidad muestra sus raíces de otras tierras, siendo su sede la Casa de Extremadura de la localidad madrileña.

El escenario también acogió la presencia de la alcaldesa, Noelia Arroyo, para la clausura oficial, protocolo que culminó con una frase muy cartagenera del abuelo Piñana. La regidora del municipio estuvo acompañada por el teniente de alcalde Manuel Padín y el concejal Carlos Piñana, además del presidente de la Junta Vecinal Municipal de La Palma. Agradó ver cómo, de forma voluntaria, retrasaron la cena hasta no ver la exposición y asistir a una parte de las actuaciones del escenario. Esa mágica noche también pudimos ver, entre otros, concejal Enrique Pérez; al presidente de de la Asociación de Vecinos de La Palma, Ángel Mateo; al  cronista oficial cartagenero José Sánchez, etc.

Hubo más focos de atención. La estupenda exposición de los artistas del esparto de Los Puertos de Santa Bárbara se pudo contemplar en un espacio interior de la finca. De forma paralela, de la cantina de cañizo iban saliendo manjares de nuestra tradición gastronómica: tomate con boquerones y acietunas, frito de tomate de verano, patatas con ajo, longaniza, michirones, pan con sobrasada… Todo riquísimo que fue ingerido con el acompañamiento de agradables tertulias por sus comensales. Como es tradicional, se ocuparon todas las mesas y faltó sitio, y como también es tradicional, no hubo servicio de mesas, siendo cada uno el que se levantaba, pedía, pagaba y portaba. Y tras la buena cena, además del espectáculo folclórico, un café de puchero, unas flores dulces y un chambi. ¿Quién lo supera?

Escasos minutos después de la medianoche tuvo lugar el último baile de 2022 y comenzó un castillo de fuegos artíficiales que sorprendió por su duración (sobre el cuarto de hora), que agradó por su estética y que causó algunas molestias en el cuello. Hacía tres años que no estábamos tanto tiempo con la cabeza hacia atrás mirando a un cielo que se llenaba de explosiones y colores.

Festival Nacional de Folclore en la Comarca de Cartagena, capítulo 18 de las aventuras y desventuras de una tropa palmesana de paladines de las tradiciones. Continuará…

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