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Los cartageneros se vuelcan con el lunes californio

La procesión extraordinaria del 275 aniversario atrajo a numerosos personas de la tierra (apenas quedaban turistas) para presenciar un desfile con bastantes alicientes y final con la salve dedicada conjuntamente al Cristo y a la Virgen, además de disfrutar de la hostelería del casco antiguo. GALERÍA DE FOTOS (pinchar aquí)



El de anoche no fue un Lunes de Pascua habitual, en absoluto, tanto por la celebración de una procesión como por el ambiente en el casco histórico generado por los cartageneros, pues en esta ocasión poco se puede hablar de visitantes. Parece que diez días de desfiles pasionarios no cansan y de ahí que nuevamente se registrasen cifras muy importantes de espectadores en una jornada tan atípica. El recorrido siempre tuvo presencia de bastantes espectadores entre los que elegían un lugar para ver el paso de los californios como los que, aprovechando que era un trayecto más corto y recogido que el habitual, se iban desplazando para contemplar el desfile en diferentes escenarios. Luego está el día extra para los hosteleros del casco más antiguo de la ciudad, que otra vez volvieron a hacer buena caja de quienes eligieron la tarde-noche para salir a cenar o a tomar 'algo', algunos en lugares privilegiados. "Hay que aprovechar que esta noche no cobran por estar en una mesa en primer fila de procesión, pues el resto de días era muy caro", apuntaba a este diario una familia.

Ahora vamos al 'sujeto' de la frase que motivó este 'lunes de monas', es decir, la procesión del 275 aniversario de la Cofradía California, ya que fue otro 10 de abril, pero de 1748 cuando sacaron su primer desfile pasionario con las imágenes del Cristo del Prendimiento (iba como Ecce Homo) y la Virgen del Primer Dolor, junto al tercio de 'armados' (ahora soldados romanos). El cortejo ha sido un híbrido de el de entonces y de los actuales, pues, valgan como ejemplos, los penitentes iban con velas en sus hachotes (entonces no había electricidad) pero se desarrolló con el típico orden en desfilar de los penitentes que no se implantó hasta el siglo XX.

Un par minutos después de las ocho de la tarde, todavía con luz solar, se abría la puerta de Santa María y los procesionistas se encontraban con una multitud. "Parece que hay tanta gente o más que en Semana Santa", nos apuntaba uno. No era así, pero la sensación de respaldo popular era inmensa. En cabeza, detrás de los guiones y tambores, el estandarte más antiguo que conserva la hermandad (con casi un siglo de antigüedad y que fue restaurado en 2022) con las dos hileras de penitentes detrás con túnica encarnada oscura y capirote negro. A continuación, el aluvión de nazarenos, que le han dado longitud al cortejo.



Otra ovación, con repique de campanas incluido, ha sido para el Cristo prendido cuando ha cruzado la rampa con una peana más propia de traslados (entonces los grandes tronos no habían llegado), siendo llevado por 26 portapasos que se han ido relevando en diferentes puntos del recorrido. Al parecer, han sido unos cuatrocientos los costaleros (de ambos sexos) en toda la procesión. Delante de la imagen iba la mesa de la cofradía, encabezada por el hermano mayor, Juan Carlos de la Cerra, y el capellán, Francisco de Asís Pagán, y los presidentes de las agrupaciones, además de la alcaldesa, Noelia Arroyo, con vestuario negro.

La Virgen del Primer Dolor ha salido a las 20.36 horas. Otra ovación. Por delante, su tercio con 30 penitentes y un paso distinto al habitual en las procesiones, motivado porque el sonido del tambor no les llegada ni el golpe en el suelo de los hachotes, por lo que su movimiento lo marcaba la visión del estandarte, también el más antiguo que tiene en la actualidad la cofradía. El trono-andas, por su parte, llevaba más costaleros (46) que el que llevaba a su hijo. Entremedio de ambas imágenes han marchado los 'armados' y detrás, las damas y las promesas. Más datos sobre la composición y recorrido se pueden ver en el artículo de la información previa a la procesión: pinchar aquí

El capítulo musical ha comenzado con la interpretación de 'Signore delle cime' por parte de la coral polifónica Carthagonova, que después ha interpretado ante Santa María y en la plaza de San Francisco los temas 'O Jesu Christe', 'Madre de los hombres', 'Haec est dies' y 'Stabat Mater'. El resto de los sonidos, además del tambor, fueron el popular 'Perico pelao' romano y un grupo de 10 violinistas, enriquecido por un flautista y una oboe que ha ido con el cortejo.



También fueron alicientes ver una procesión pasar por la calle Balcones Azules o por la plaza de San Francisco (con sus abandonados edificios modernistas), por donde no es habitual ver tronos, y que, tras muchos años, se adentrase nuevamente en Cuatro Santos. El final ha sido especial, con el Cristo esperando a su madre frente a la iglesia, sonando entonces el tema final de la coral con ambos tronos sin tocar suelo y con una lluvia de pétalos cayendo sobre la 'madre california', arrancando entonces el sonido de los violines. El canto popular de la salve cartagenera también se le ha tributado a las dos imágenes sobre la rampa, con repetición en el interior de Santa María. Ha sido el colofón de la procesión del 275 aniversario californio y el colofón a la Semana Santa de Cartagena más larga.

El desarrollo íntegro se puede ver en el canal de Youtube 'La Semana Santa de Cartagena':



 
  

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