¿Se empieza a considerar la música de los videojuegos como manifestación artística?
La manida frase de Nietzsche, en la que el ínclito filósofo afirmaba que «la vida sin música sería un error», no podría ser menos cierta. Y esto queda claro cuando reflexionamos sobre todas y cada una de las actividades de nuestro día a día, que, directa o indirectamente, están acompañadas por música. No es de extrañar, por tanto, que los videojuegos también la utilicen, muchas veces solo para dar ambiente, pero, en otras ocasiones, para crear atmósferas o recuerdos únicos. ¿Se está empezando respetar por fin la música en los videojuegos como si de una forma de arte se tratase?
Hasta los juegos de casino online más simples cuidan con detalle este apartado
Uno de los aspectos que demuestra la importancia de la música en nuestras vidas y su conexión con los videojuegos lo observamos en los juegos de casino en línea. Más allá de sus atractivas bonificaciones, muy superiores a las de casino tradicional (basta consultar una lista de todos los bonos de casino online para cerciorarse), otro elemento indispensable es el de la música incluso en las retransmisiones en vivo (donde en ocasiones está de fondo para dar algo de ambiente).
Por ello, los mejores títulos de tragaperras online ponen mucha atención a las bandas sonoras, haciendo que el juego sea todavía más divertido. Además, para generar diferentes emociones en el apostante, utilizan sonidos especiales cuando se activan símbolos de bonificación o se establece una línea de pago. Con todo, sigue siendo una música sin demasiada carga artística. Necesaria, sí, pero sin la búsqueda de profundidad y con el único objetivo de adornar aún más el título en su conjunto.
La evolución de la música en el mundo de los videojuegos: Desde Pong hasta nuestros días
Se considera que el primer título de la industria de los videojuegos en tener sonido fue Pong. Corría el año 1972. Esta especie de tenis de mesa rudimentario producía un pequeño ruido cuando el píxel que representaba la pelota impactaba con una de las dos barras laterales. La tecnología no daba más de sí, ya que los procesadores y codificadores no permitían introducir sonidos mucho más complejos (ni qué decir que utilizar diferentes instrumentos, capas y texturas se consideraba ciencia ficción).
Con la llegada de los 16 bits, la capacidad de almacenamiento y procesamiento aumentaron considerablemente. Esto llevó a un refinamiento de las bandas sonoras que, si bien seguían siendo algo rudimentarias, abrían un abanico amplísimo de nuevas posibilidades. De esta época destacamos bandas sonoras como la de Street Fighter II o los trabajos de Kōji Kondō en, por ejemplo, Super Mario Bross. No en vano, son músicas que ya forman parte de la cultura popular: ¡Son inmortales!
Años 90 y el caso de Nobuo Uematsu: La saga Final Fantasy va un paso más allá con las bandas sonoras
La época dorada de Squaresoft se produjo sin duda en los 90 y, en gran medida, en su época en Play Station I, donde brindó al mundo tres espectaculares obras maestras: las entregas VII, VIII y IX de Final Fantasy. Aquí, la música cobró una nueva dimensión, siendo parte central del desarrollo de la historia y regalándonos momentos inolvidables, con composiciones a la altura de cualquier autor clásico. Tanto fue el éxito, que con el tiempo se llegaron a lanzar versiones de piano de los temas más famosos. Asimismo, redes sociales como YouTube están inundadas de versiones de aficionados y profesionales de muchas de las piezas del popular compositor japonés.
Aunque Nobuo Uematsu no solo ha compuesto para los títulos ya mencionados de la saga Final Fantasy, sino para otros muchos (así como para otros videojuegos o sagas), es en estos tres donde se muestra en plenitud, con un abanico de registros envidiable. Así, en Final Fantasy VII disfrutamos de piezas con un carácter oscuro e industrial que se acoplan magníficamente a la historia que se nos narra. Por otro lado, en Final Fantasy IX se sigue una estela más dulce, en donde incluso demuestra una gran habilidad para crear estructuras flamencas.
Juegos Triple A: ¡Grandes presupuestos para contratar compositores de prestigio!
Con el auge de los años 90, la industria de los videojuegos creció de tal forma que comenzó a manejar miles y miles de millones de dólares. Esto ha llevado a que muchas compañías inviertan en macroproyectos contratando a los mejores. Y la banda sonora no es una excepción. Cierto que a más dinero no se garantiza ni trascendencia ni calidad. Pero lo que queremos destacar es que por fin se considera un arte de calado, ya que aparte de las sumas que se pagan, casi cualquier compositor al uso está deseoso de componer para videojuegos. Y es que no solo es un reto creativo, sino que importa, porque la música ya no está en un segundo plano.
