El día en que no fue fácil pagar y en el que un transistor era objeto de deseo

Otra experiencia más y van... El gran apagón se suma a la pandemia, al día que nevó y a las danas, entre otro fenómenos excepcionales, de los últimos años. En los municipios de Cartagena y La Unión regresó la luz entre después de las diez de la noche y poco antes de la medianoche, según la zona, siendo recibida en algunos casos con aplausos. Fue una jornada también de desconexión telefónica y de internet y de recurrir a los transistores, acabándose sus existencias en muchas tiendas. Pagar, curiosamente, se convirtió en un problema, lo que repercutió en tiendas, bares y gasolineras. Hubo más sectores afectados... salvo en el trabajo agrícola. Unas quince personas quedaron encerradas en ascensores y se vieron alteradas todas las rutinas personales, pero hubo quien aprovechó para ver las estrellas sin contaminación lumínica o para conversar con los vecinos. Un apagón da para mucho.



12.33 horas. Se apagan los ordenadores y comprobamos que el corte no sólo afecta al inmueble donde estamos. No sabemos más porque en mi caso ya me quedé sin internet en el móvil. Más tarde, me entero que es un corte nacional, con lo que parece claro que la normalidad tardará en regresar. Además, entre las dos y las tres de la tarde se difunde desde el gobierno de España que el restablecimiento en todo el país tardará entre 6 y 10 horas. Mazazo. Nuestros periódicos, debido a la compañía que nos da servicio internauta, se quedó imposibilitado de ir informando. Internet, a nivel general, también se ve afectado. Parece que queda WhatsApp, pero también cae, quizás por sobrecarga. La desconexión telemática era total.


Ante la situación, decidimos hacer ruta para ver las consecuencias. La primera afectación es para pagar si no se lleva efectivo. Esto motiva que, por ejemplo, cierre el supermercado 'SuperDumbo' en La Unión. Otros siguen abiertos, pese a las dificultades. Por cierto, otra vez se vende mucho papel higiénico y agua (¿pánico?). En el pequeño comercio algo similar. Hubo quienes optaron por el cierre y los que permanecieron abierto para pagos sólo con efectivo y, en algún caso, se apuntó la deuda. Por la tarde ya se ven bastantes locales cerrados, incluso algunas farmacias y clínicas de salud.


Observamos colas en las gasolineras. Muchos, 'por lo que pueda pasar', están acuden a llenar los depósitos. Sin embargo, el 28 de abril no era fácil pagar porque sin electricidad no funcionan tarjeteros ni surtidores. Por ello, al poco ya veíamos estaciones de servicio 'chapadas'.


Sí vemos trabajar en los campos recogiendo cosechas y en algunos talleres trajinando con los vehículos. La agricultura poco entiende de internet y algo similar sucede en los pueblos, donde no se ven atascos, sino más bien como van regresando a sus domicilios trabajadores que desarrollan su labor en las ciudades o en polígonos industriales.


El transistor se convierte durante la tarde en el objeto más deseado. Es más, nos dicen varias personas que en las 'tiendas de chinos' se han agotado y que no encuentro estos receptores de señales radiofónicas. También se han acabado velas y pilas. Nosotros sí disponemos de estos transistores. Gracias a ellos nos vamos enterando de lo que sucede a nivel nacional y regional a través de Radio Nacional y Onda Regional. No cogíamos otras emisoras. Gracias a la radio se frenaron muchos rumores. Nosotros llegamos a escuchar que se iba a tardar varios días en recuperar la luz, por ejemplo.

La tarde va avanzando y cada vez hay más gente en la calle, como antaño, charlando con los vecinos ante sus domicilios o con amigos en los bares. Nadie tiene internet, pero no parece drama alguno. Lo que más escuchamos es si habrá que trabajar el martes o si "los críos tendrán colegio". Otro cambio se experimenta en aquellos que utilizan el GPS para llegar a destino y tienen que recurrir a preguntar a viandantes. Así también se llega.

Por lo que vamos escuchando en la radio y de vecinos, el comportamiento de la ciudadanía está siendo ejemplar. Los semáforos no funcionan, pero casi todos los conductores tienen claro que en esa situación hay que parar si va a pasar un peatón. Por cierto, gracias a la radio se sentía que la situación era anómala y que estaba causando trastornos, pero no tragedias, lo que tranquilizaba, pues no había contacto con seres queridos de domicilio lejano.

El principal problema lo tienen aquellos que han quedado encerrados en ascensores. En Cartagena, en concreto, fueron 13 atenciones prestadas por bomberos. En La Unión lo desconocemos, pero son poco los edificios altos que hay.

Hay una opinión mayoritaria entre los que conversamos de que lo bueno del apagón es la hora que se produjo. "De ser poco antes de anochecer o en Navidad, por ejemplo, la situación realmente hubiese sido peor", apuntaban.   


Va cayendo el sol y cada no se prepara para la noche con lo que ha conseguido, desde velas y linternas hasta luces solares. No hay tele y alguno, nos dice, va a aprovechar para leer un libro. También los hay que dicen que es la mejor noche para ver el cielo sin contaminación lumínica.  

22.15 horas en el municipio de La Unión. Se enciende esas luces que se habían dejado activadas para cuando se produjera el ansiado regreso. En el amplio municipio de Cartagena tuvo distintas horas. En Los Dolores, por ejemplo, lo hizo a las 23.25 horas. Bastantes aplaudieron ese momento y hubo quien gritó: "Ya era hora de que Sánchez pagara la luz".

La nueva experiencia ha terminado y ahora hay que esforzarse en volver a la rutina, empezando por recuperar lo que se ha dejado de hacer. La vida también es así.

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