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Don Carnal y Doña Cuaresma, queridos enemigos

Los hermanos Samuel y Raquel Rubio López son desde anoche los personajes del Carnaval de Cartagena que representan la juerga y el recogimiento, respectivamente, ofreciendo una animada y simpática disputa verbal que culminó con la chica contagiada del espíritu de esta gran fiesta hasta que finalicen los días carnavaleros.



Su madre fue quien les inyectó el virus del Carnaval, participando Samuel con dos años por vez primera en esta gran fiesta, edad que más tarde superó su hermana con uno. Él comenzó con la comparsa Divertilandia de Los Barreros, para, con sólo 11 años de edad, estrenarse como chirigotero con Escozíos, para después pasar a los Cuarenteros y desde 2015 formar parte de ‘Los Picoesquina’, sin haber perdido el lazo con la comparsa. Raquel siempre ha estado en Divertilandia, siendo en 2012 reina infantil del Carnaval de Cartagena. Ambos han disfrutado muchas veces juntos de esta fiesta y ahora viven un año especial al encarnar a don Carnal y doña Cuaresma.



Aunque habían hecho fugaces apariciones con otras indumentarias en diferentes lugares el pabellón, una saeta flamenca con doña Cuaresma abrió la presentación oficial de ambos en la gala de elección de reina. Dejaba claro el sentir de la defensora del comportamiento más serio y religioso.

Después apareció el estandarte de la juega, carne y el disfraz con su escuadrón de chirigoteros montando el pertinente jaleo.

El diálogo entre los dos protagonistas dejó claras sus posturas, pero sirvió también para exponer emblemas de Cartagena, como su Semana Santa, la láguena, el reparo o el asiático, no faltado en la conversación algunos comentarios jocosos, como cuando ella dijo que, con tanta fiesta y buen comer, la costurera le había tenido que sacar tres veces tela al traje de él, quien, a su vez, metió también un guiño al controvertido cartel de la Semana Santa de Cartagena, “al parecer soy al único que le ha gustado el cartel del borrego”.



Él insistía y ella se resistía, recurriendo Carnal, guitarra en mano, a ofrecer una copla de pasodoble con sus ‘picoesquineros’. “¡Qué zalamero sois, don Carnal!”, apuntó una doña Cuaresma que, poco después, aparecía sobre el escenario con grupo de baile y vestuario carnavalero.

El epílogo de esta puesta de largo para Samuel y Raquel fue, además de un abrazo entre hermanos, la fusión de todos los que los acompañaron en escena, además de invitar a bailar al publico: “¡La mano arriba, la media vuelta…!”

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