Agenda del lunes en La Mar de Músicas 2022
La superestrella de la música africana, el senegalés Youssou N´Dour es el premio La Mar de Músicas 2022. El Ayuntamiento de Cartagena concederá el galardón de su festival hoy a una de las personas más influyentes del mundo, un icono popular por su compromiso en asuntos sociales y culturales, capaz de aunar tradición y modernidad en su música. La jornada se completa con los conciertos de Eliades Ochoa en la Facultad de Ciencias de la Empresa, del dominicano Alex Ferreira en la plaza del Ayuntamiento y de los cartageneros ‘Adiós noviembre’ en el Real Club de Regatas.
📌. Amelia Castilla presenta esta mañana 'La Mar de Paco' una biografía del programador que colocó a Cartagena en el mapa de los festivales
La superestrella de la música africana, el senegalés Youssou N´Dour es el premio La Mar de Músicas 2022. El Ayuntamiento de Cartagena concederá el galardón de su festival este lunes 18 de julio, a una de las personas más influyentes del mundo, un icono popular por su compromiso en asuntos sociales y culturales, capaz de aunar tradición y modernidad en su música, y luchador incansable combatiendo los prejuicios sobre el continente africano. Acompañado por la Super Etoile de Dakar, el músico que más ha ayudado al desarrollo del mbalax, la música popular de Senegal, ofrecerá ese mismo día un concierto conmemorativo en el festival, en el que ya ha actuado en seis ocasiones.
La alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, anunciaba en mayo que La Mar de Músicas otorga este galardón a Youssou N´Dour “por su inigualable y conmovedora voz, tan moderna como arraigada en la tradición griot. El niño de origen humilde, convertido en el Príncipe de su ciudad, Dakar, popularizó en los clubes senegaleses primero y del mundo entero después, el ritmo tradicional del sabar, convirtiéndose en el apoyo fundamental de los artistas locales emergentes, con su sello discográfico o con su labor gubernamental como Ministro de Cultura y Turismo. Ahora como Ministro Consejero del Presidente y magnate de prensa y televisión, sigue siendo el gran embajador del continente africano. Ha sido el único cantante capaz de sostener una carrera tan exitosa en el extranjero durante tanto tiempo, como con tanto impacto en la identidad local; nunca ha dejado de vivir en Dakar. Trabaja con sus viejos compañeros musicales: la banda Súper Etoile, fundada hace cuatro décadas. Sigue siendo el músico más exitoso de Senegal, valorando sus diferencias identitarias frente a la expansión globalizadora, manteniendo la voz más sublime del continente”.
El premio La Mar de Músicas que este año recibirá Youssou N´dour ya ha sido recogido en otras ediciones por Salif Keita, Totó la Momposina, Oumou Sangaré, Susana Baca, Cheick Lô, Pablo Milanés, Omara Portuondo, Gino Paoli y Jorge Drexler. Youssou N´Dour fue anunciado ya en 2020 como premio de La Mar de Músicas, pero la suspensión del festival por la pandemia obligó a aplazar este premio, que será entregado en la edición número 27 del festival.
En cada oportunidad en la que se ha presentado en La Mar de Músicas, ya van seis, Youssou N´dour acompañado con sus fieles escuderos de la Super Etoile de Dakar, ha enloquecido a sus compatriotas y asombrado a quienes escuchaban por primera vez en directo esa voz escalofriante, ‘de plata líquida’ como la definió Peter Gabriel. El principito de la medina –así se le conocía en Dakar cuando empezó a cantar con 12 años- se ha convertido en uno de los personajes más populares y queridos de África.
La revista Time le eligió entre las 100 personalidades más influyentes. Un ejemplo para todos esos jóvenes senegaleses que sueñan con escapar de su a veces triste realidad arriesgando la vida en una patera. Fue uno de los primeros músicos africanos que decidió invertir sus ganancias en su país con el fin de crear empleo. Ahora tiene en Dakar una radio (Futurs Médias), un estudio de grabación (Xippi), una compañía de discos (Jololi), un club nocturno (Thiossane), un periódico (L´Observateur) y una red de acceso a Internet para los menos pudientes (Joko). Casi doscientas personas trabajan para él. Una parte de sus beneficios van a la Fundación Youssou N´Dour, que lucha contra la malaria y trabaja con fundaciones como la de los Gates.
Aunque ha colaborado con Peter Gabriel, Sting, Tracy Chapman, Paul Simon o Wycleaf Jean, para muchos será siempre quien cantaba a dúo con Neneh Cherry ‘Seven Seconds’ a mediados de los noventa. Asistió con Bono a una reunión del G-8, y se siente embajador de esa África emprendedora que no se muestra, o no suficientemente, en los medios de comunicación de Occidente. Embajador de Buena Voluntad de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), ha sido también ministro de Cultura y Turismo de Senegal. En 2013 fue galardonado con el premio Polar, el equivalente al Nobel de la música. El año pasado publicó su último disco ‘Mbalax’: un nuevo álbum en el que N'Dour rinde homenaje a su pasado, reflexiona sobre el presente y mira al futuro con exuberantes canciones.
La jornada de este lunes 18 de julio se completa con los conciertos de Eliades Ochoa en el Patio del Antiguo CIM, el dominicano Alex Ferreira en la plaza del Ayuntamiento y los cartageneros Adiós Noviembre, en el Real Club de Regatas.
LA MAR DE PACO
Niño prodigio, músico y maestro de formación, Paco Martín (Cartagena 1956-2018) dirigió en sus más de tres décadas de actividad como funcionario municipal del Ayuntamiento de Cartagena, La Mar de Músicas y el festival de jazz. Dominaba todos los registros y bajo su batuta se mantenía durante todo el año una completa programación cultural. El área de influencia de este exquisito personaje se extendía a toda la Región de Murcia.
Amelia Castilla, autora de La Mar de Paco (La Fea Burguesía), y cartagenera de adopción, cubrió como enviada especial de El País algunos de los eventos que programó Martín con el que, además, mantenía una relación algo más que amistosa. Aprovechó los dos años que ha durado la pandemia para investigar la vida del programador que colocó Cartagena en el mapa de los festivales del mundo.
La Mar de Paco se lee como una biografía, una historia oral construida a base de entrevistas con los personajes que acompañaron su carrera y que se complementa con documentación y recuerdos personales. La obra refleja una visión de la cultura urbana que trasciende el mero localismo. Estructurado en torno a 21 capítulos, por las páginas del libro se mueve también la generación que lo hizo posible en el marco de una fotografía, la de una ciudad del Mediterráneo que, con sus luces y sus sombras, brilla en el mundo con dos faros: su Teatro Romano y La Mar de Músicas.
La vida de Paco Martín siempre giró alrededor de la música. La Mar de Paco arranca con su debú como niño prodigio en los años sesenta, emulando a Marisol y Pablito Calvo. El ruiseñor de Cartagena (“Lo descubrieron las monjas”, cuenta su madre) ganaba todos los concursos por encima de los grupos modernos de la época. Grabó un disco y a punto estuvo de aterrizar en el cine como hijo de Sara Montiel, pero acabó aburrido y lo dejó todo para hacer el bachillerato en los Maristas y luego el colegio Hispania. Siguió dando clases de piano, estudió magisterio en Murcia y, tras unos meses “desastrosos” como docente, dejó Cartagena con un grupo de amigos para vivir en una comuna cerca de Barcelona.
De vuelta a la ciudad que lo vio nacer, participó en la creación de El Arlequín, un bar con banda de jazz propia y música en directo. Allí vivieron la denominada Transición. Al calor de los ayuntamientos democráticos, Paco ingresa como colaborador en el área de Cultura de Cartagena donde desarrollaría gran parte de su carrera. Desde el principio queda al margen de las tareas administrativas. Entre otras actividades, recupera el festival de jazz y desde el Teatro Circo programa, sobre todo, teatro y música. En 1992 en plena reconversión industrial participa como socio en la creación de Mestizo, una asociación cultural que animó durante una década la vida cultural de Murcia y su región.
En 1995 para dinamizar la ciudad en verano ante la huida de sus habitantes a las playas inaugura la primera edición de La Mar de Músicas. Para rellenarlo con un programa firme, buscó las estrellas del cartel en la entonces denominada World Music, la música que tanto le gustaba como usuario. La coherencia de su programación y su olfato para detectar nuevos valores convierten el festival en uno de los encuentros fundamentales del verano al nivel nacional. En paralelo, durante un tiempo compaginó las tareas municipales con la programación del Auditorio de Murcia y el festival Internacional de Teatro Música y Danza de San Javier. Se convirtió en el programador más importante del panorama nacional. No tenía rival.
La banda sonora de Paco Martín arranca con una ciudad sucia y abandonada a principios de los ochenta y se cierra con cerca de dos millones de personas disfrutando de las actividades que programó y los más de cinco mil artistas que dejaron su impronta en los escenarios de la milenaria urbe. Siempre se definió como un hombre de lo público. “Un festival no es una programación anual, se trata de un evento especial que requiere habilidad para combinar artistas desheredados -esos tipos raros y rebeldes- con otros autores más populares”.
¡Exquisito! u ¡horroroooso! Fueron sus adjetivos favoritos. Pese a lo rotundo de esos epítetos pertenecía a esa clase de sujetos abierta a la discusión y con capacidad para cambiar de opinión. Simpático, de temperamento afable y sentido del humor, fue un excelente conversador, de esos que estallan en sonoras carcajadas.
El libro, cuya portada tiene un dibujo de Ángel Mateo Charris, se presentará en esta nueva edición de La Mar de Letras, sección literaria de La Mar de Músicas. Será el lunes 18 de julio a las 11:30 horas en el Auditorio El Batel. Amelia Castilla estará acompañada por otras dos periodistas y amigas de Paco Martín, Lara López (RNE) y Lucy Durán (BBC).
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