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Elecciones a hermano mayor del Resucitado: Fulgencio Egea

El candidato a ocupar el máximo cargo de la hermandad, a preguntas de Cartagena de Hoy, expone porqué se presenta y cuáles son sus principales objetos, además de dar a conocer su trayectoria procesionista.   



¿Qué le ha llevado a dar este importante paso de presentar la candidatura?

A pesar de las dificultades generadas por la pandemia, tenemos que seguir colocando arcos y pilares en nuestras agrupaciones para consolidar el camino de la Cofradía que, primero en 2019 por la lluvia, y después, en los dos años siguientes por el COVID, no ha podido compartir el domingo de Gloria con cartageneros y visitantes.
   El hecho de estar ya prejubilado te da mucho tiempo para pensar en el proyecto y tomar una decisión como ésta, que conlleva bastantes responsabilidades, y sobre todo el compromiso de representar con dignidad y con humildad a todos los hermanos que sienten de verdad la luz de nuestro blanco resucitado.
   Es importante el tiempo porque son múltiples los encuentros con instituciones, entidades y asociaciones que exigen una disposición amplia para poder atenderlos, cualquier día y a cualquier hora, y precisamente, ahora dispongo de ese preciado tesoro para dedicarme en exclusiva a mi Cofradía, a la que pertenezco 46 años, y a proyectarla hacia el futuro.
   Y no debemos olvidar que a partir de junio presidiremos la Junta de Cofradías, con lo que el factor de dedicación será todavía más importante.
 
¿Qué objetivos tiene para la hermandad en el supuesto de ser elegido en las urnas?

Necesitamos una visión integral de la cofradía que cubra los aspectos básicos de y no fragmentada. El avance en poner al día nuestro archivo debe seguir y, con una visión más amplia y moderna, debemos ir pensando en el proceso de digitalización para que se puedan acceder a documentos y fotografías que son historia de nuestras agrupaciones y, por ende, de la Cofradía.

Tenderemos puentes para superar las barreras visibles, y a veces invisibles que puedan ser elementos discordantes y de separación en nuestra hermandad. Nos pondremos en contacto con empresas para que deriven su Responsabilidad Social Corporativa hacia las Agrupaciones y Cofradía. Son acciones que harán posible que se pueda prestar ayuda a alumnos con buena capacidad intelectual y humana, con clases complementarias, tutorías y orientación profesional hasta que terminen sus estudios de postgrado para que tengan igualdad de oportunidades.

Todo ello sin olvidar las acciones sociales a las que debemos atender como comedores y necesidades urgentes de algunas familias. Los nuevos tiempos nos acercan a una caridad más solidaria con niños, mayores, enfermos e indigentes.

Pondré bastante empeño en recuperar proyectos que quedaron anclados y que siguen siendo necesarios, como el Museo de Semana Santa, porque el arte de nuestras Agrupaciones tiene un brillo especial el Domingo de Resurrección y es de recibo que, junto con el de nuestras Cofradías Hermanas, pueda ser contemplado en un lugar permanente.

Y para finalizar vamos a promocionar la Cofradía con actos culturales, como conferencias y mesas redondas en instalaciones de la UPCT en el CIM, para que esta etapa que comienza nos lleve a un periodo de grandeza resucitada.

➡️   PINCHAR AQUÍ para conocer más sobre su proyecto




QUIEN ES FULGENCIO EGEA MOYA:

Nació en Cartagena el 2 de junio de 1959 y fue bautizado en la parroquia de Santiago Apóstol, en el castizo barrio de Santa Lucía. Residente en la barriada de San Cristóbal (El Bohío) desde el año 1991, está casado con Pastora López López, presidenta de la Junta de Damas de la Cofradía del Resucitado desde el año 2014. Tiene tres hijos: José Alberto, jefe de Radiología en Molina de Segura; Patricia, quien es representante aduanera; y Sandra, médica de familia en Murcia Centro. Los tres forman parte de la agrupación de Santo Tomás desde su nacimiento, además de la agrupación de San Pedro porque los lazos familiares los unían con esa agrupación que presidió durante muchos años su cuñado, Pedro Espinosa, fallecido en 2013.

Pencho Egea con su esposa. Arriba, al principio del artículo, con su hija Sandra


Cursó estudios primarios en el colegio de la Milagrosa, continuando los estudios de Bachillerato en un incipiente instituto Isaac Peral, en el que el párroco, José Pallarés, preparaba a sus alumnos en unas animadas clases de Religión con invitación a la parroquia de los Mateos, cuya iglesia debería llevar su nombre por el gran esfuerzo que hizo en el barrio. Durante aquellos años crecía a las espaldas de aquel instituto nuestro querido Hospital del Rosell, que compartía recreo y educación física con los alumnos. Terminando en el Instituto COU y posterior Selectividad, eso sí, ya en el nocturno, porque a los 14 años (ya avanzados) tomó la decisión habitual en las familias humildes, que fue la de comenzar de aprendiz en un trabajo. A pesar de ello, estudió algún año de Magisterio y en los años 90, en la UNED.

Año 1974. Hasta ese momento su relación con la Semana Santa se limitaba a ver las procesiones en la calle Serreta y, por parte de la familia paterna, participaron algunos miembros en la Santa Cena como penitentes y en los granaderos californios. Fue el principio de un camino de largo recorrido de 47 años para una intensa formación, no sólo profesional en labores logísticas de controlador y capataz portuario sino que además se especializó en comercio exterior obteniendo el título de Agente de Aduanas en el año 2004, aunque ya desde el año 1995 ejercía como jefe del departamento de Aduanas. Y lo que es más importante, formación como hombre, como persona y como presunto cofrade, porque desde unas ventanas bastante privilegiadas en Agencia Marítima Blázquez, cuyos directivos eran del Ósculo, podía ver todas las procesiones y el recorrido de los tercios en la calle del Cañón.

Ya tenía bastantes amigos en agrupaciones como el Jesús Nazareno (entre ellos Francisco Avilés Mulero, actual presidente de Santo Tomás, y otros en los californios del Prendimiento), pero no terminaban de convencerlo. Por casualidad, y por trámites del trabajo de consignatarios, conoció a Salvador Ayala en la antigua Comandancia Militar de Marina y le habló de Santo Tomás y los 'resucitados', siendo en 1976 cuando decidió que su lugar estaba  entre los corazones blancos. Cómo no recordar los ensayos en la antigua lonja y la competencia para poder pillar sitio en las filas de Santo Tomás.  

Salvador Ayala lo llamó para hacer la 'mili' en la Comandancia y no tuvo que convencerlo mucho para formar parte como vocal en la directiva de la agrupación, que se reunía en la antigua lonja, en las oficinas de Inglés y Giménez. Y con un poco de determinación, en el año 1981 tomó las riendas del tercio llevando el sudario y la vocalía durante 20 años hasta su tránsito al blanco como publicó en la revista La Duda. Durante muchos años acompañó la noche del Viernes Santo a Salvador Ayala y otros hermanos en los traslados, y en la puesta a punto del trono en la iglesia de Santa María para su salida.

En 1990 fue nombrado consiliario, siendo hermano mayor Ángel Lorente, y en 2001, con Benito Martínez en dicho cargo, accedió a mayordomo de la cofradía.

Ha participado en la revista 'La Duda', que desde el año 1994 publica la agrupación de Santo Tomás con diversos artículos, siendo el moderador en las presentaciones de la misma, que se retomaron en época de pandemia el pasado 2020.
 
En 2003 recibió la distinción de los 25 años de fidelidad. Ha sido uno de los creadores del grupo 'Redoble', cuyo premio 'Tambor' distinguía los méritos de los hermanos de la agrupación, destacando el entregado al 'Maestro Esteban' en la junta general del año 1998.

Ha sido portapasos de la Virgen de la Esperanza durante siete años y continúa como hermano. Promotor, junto con los directivos de la agrupación, del hermanamiento con la Cofradía del Cristo de los Pescadores de Cabo Palos el año 2005 y del hermanamiento en 2012 con la Flagelación, siendo promovida por Federico Gómez de Mercado. Fue elegido vicepresidente de Santo Tomas en el año 2002, cargo que ha ostentado hasta la fecha.

En 2008 recibió en el Cabildo de las Monas el nombramiento de mayordomo de relaciones con los medios de comunicación, dando un impulso a la cofradía en la prensa y acompañando, en directo, en muchas reuniones al hermano mayor. Junto con Francisco Avilés y Santiago Avilés, proyectó y avaló el nuevo trono de Santo Tomás que pisó las calles en 2006, el primer año de hermano mayor de Tomás Martínez. Impulsor de la plena integración femenina en la Agrupación que culminó con la salida a hombros de las damas portapasos en el año 2009, y la presencia de algunas de ellas en la junta directiva. En la última participación de Ramón Pérez fue nombrado mayordomo censor de cuentas.

Actualmente está prejubilado y con ganas de comprometerse con el proyecto 'blanco'.

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