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“Las columnas de Hércules estaban en la Islas de las Palomas”

Así lo recoge el libro ‘Atlantis, Mastia, Tartessos’, legado del escritor, pintor, escultor y arqueólogo Juan de la Cruz Teruel, que se ha editado a título póstumo (fruto del tesón de su esposa, Mariló Marín) y que fue presentado en un emotivo acto que tuvo lugar en el restaurante Mare Nóstrum, donde se conoció que su escultura irá ubicada junto a El Luzzy, cerca de la que el artista creó del torero Gavira. GALERÍA DE FOTOS (pinchar aquí)



Juan de la Cruz Teruel falleció en diciembre de 2020 dejando en Cartagena una honda huella que, pese a que él ya no está de forma física, se irá acrecentando con la publicación de dos libros que escribió, de los que el primero ahora ha visto la luz gracias al amor de su esposa, Mariló Marín Conesa, con el apoyo de un equipo formado de amigos del artista, entre los que figuran Tomás Martínez Pagán, Matías Barco, José Castillo y Ángel Pérez.

‘Atlantis, Mastia, Tartessos’ fue presentado en el restaurante Mare Nostrum, cuyas paredes acogen un auténtico museo de pinturas de Juan de la Cruz Teruel, siendo el marco ideal para este acto desarrollado en una sala presidida por una escultura creada por Manuel Ardil del artista, la cual ha aceptado el Ayuntamiento de Cartagena la donación, por parte de la familia de Juan de la Cruz, y será colocada junto al centro cultural Ramón Alonso Luzzy, cerca de la escultura del maestro Enrique Cano Gavira que está en la plaza de Ortega Cano, estando previsto que el momento de la inauguración sea enriquecido con pasodobles en un ambiente festivo.

Así lo explicó el presentador del acto, Tomás Martínez Pagán, ‘inluencers’ de la vida social cartagenera, quien dio paso al periodista taurino José Castillo, que fue el encargado de llevar a cabo una semblanza de Juan de la Cruz, de quien destacó que está “en el olimpo de los elegidos en Cartagena”, recordando que fue en 1967 cuando se estableció en Cartagena, para después dar a conocer apuntes de su vida, obra y legado. Por ejemplo, recordó que fue cofundador de las Fiestas de Carthagineses y Romanos, en las que fue el autor de primer tríptico del programa de actos, además de crear vestuarios y el cartel de su primera edición. En el arte, además de creador, fue restaurador, faceta a la que se suma la de investigador, habiendo ofrecido muchas de sus conclusiones en las más de cuatrocientas conferencias que ha impartido. Profesor de dibujo en Franciscanos, articulistas en prensa, paladín de la capa española… Es inmenso su currículo, que también registra más de setenta premios.



ETERNA ALMA DE TORERO

Apasionado del mundo taurino, llegó a vestirse de luces en Barcelona, “pero salió mal parado”, dijo Castillo, “aunque no por ello perdió ni un ápice de su alma de torero”. En la escultura que lucía en la sala quedaba plasmada esa afirmación con la montera de Manolete, ubicada junto a la talla, además de una capa española, manuscritos del artista, una paleta y un pincel.  

La presentación de ‘Atlantis, Mastia, Tartessos’ fue enriquecida por la voz de Diego Plazas y los sonidos al piano de Pedro Contreras, que comenzaron ofreciendo el tema ‘Júrame’, intercalando los siguientes entre las alocuciones.

NACIÓ CON 400 AÑOS DE RETRASO

Editoral ‘Fuente clara’ es la que ha dado forma a la publicación, siendo su representante, Manuel García Iturriaga, quien dio a conocer detalles del contenido de las investigaciones que se recogen en el libro, como que Juan de la Cruz “se enfrenta en esta obra a clásicos latinos y griegos al afirmar que las columnas de Hércules estaban en lo que ahora es la Isla de las Palomas”, expuso al respecto de ese elemento legendario (límite del mundo conocido) que ubicaban en el Estrecho de Gibraltar, remarcando que fueron más de dos décadas el tiempo empleado por el artista cartagenero en sus investigaciones arqueológicas.

“Juan de la Cruz quería que Cartagena tuviera raíces propias con buenos cimientos. Fue una persona que estudió a los clásicos para llegar a sus propias conclusiones y que nació con 400 años de retraso, pues hubiera brillado en la época del Siglo de Oro y también en la de Heracles”, añadió García Iturriaga sobre “el polifacético cartagenero”.



VENTA SOLIDARIA CONTRA EL CÁNCER INFANTIL

El libro, por deseo de Juan de la Cruz, destinará sus beneficios a la Asociación Pablo Ugarte, que destinará a sus programas de investigación, como expuso el presidente de la asociación y padre de un niño que a los 10 años de edad le detectaron esa maldita enfermedad. “El médico dijo que no había nada que hacer y de ahí surgió el empeño de recoger fondos para apoyar la investigación”, expuso, indicando que actualmente hay 29 proyectos en España a los que apoyan.

EL SUEÑO DE JUAN

Al inicio de las 404 páginas del libro se puede leer ‘Te amo’. Está dirigido a Mariló Marín Conesa, cuyo tesón ha permitido que ‘Atlantis, Mastia, Tartessos’ esté al alcance de los lectores. “Tras el último viaje, Juan sigue regalando sus obras a Cartagena con esta obra y otra que saldrá más adelante. Es el legado de quien vivía plenamente siendo muy generoso”, expresó su esposa.

El libro, además de ser “el sueño que Juan me encargó”, ofrece un contenido novedoso con base, “es una investigación histórica de Juan que tenía que ver la luz. Tras veinte años de estudio y sacrificio, no podía quedar en el cajón; es el fruto de nuestro amor a Cartagena”, afirmó con ‘un beso enviado al cielo’ y unos momentos del acto muy emotivos con la familia del homenajeado que estaba presente, siendo entregado a sus hermanas sendos ramos de flores.

¿HIJO ADOPTIVO DE CARTAGENA?

La velada cultural también tuvo sus momentos reivindicativos, como el expresado por José Castillo para recoger que la plaza de toros entró en su plena inactividad en 1986 y lo importante que sería contar con un lugar, como un coso multiusos, para recuperar un arte con muchos adeptos.

La otra petición fue solicitar el nombramiento de ‘Hijo adoptivo de Cartagena’ para Juan de la Cruz Teruel, pues, aunque no era nativo de esta tierra, la sentía como el que más y la enriqueció con sus acciones.

“Son deberes que me llevo”, apuntó el concejal de Cultura, Carlos Piñana, que, como representante del Ayuntamiento, fue el encargado de cerrar el acto.

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