Piden que se recojan las naranjas de las calles
MC pide al gobierno local que ejecute un plan de trabajo con labores de poda y recogida del fruto de estos árboles, evitando riesgos para la salud en el caso de que alguien quiera aprovecharse de esto cítricos amargos que no son comestibles y que recogen los gases de la vía pública.
Cartagena presenta estos días una estampa peculiar, con los naranjos de la vía pública en todo su esplendor, pero con muchos de sus frutos por el suelo. Se trata de naranjas amargas que ensucian la vía pública y provocan dificultades de todo tipo a los transeúntes, con las consecuencias negativas que esto conlleva. Sin embargo, el Consistorio encabezado por Noelia Arroyo permanece ajeno a esta circunstancia.
Este es el motivo por el cual MC Cartagena llevará al próximo Pleno una moción para instar al Gobierno local a adoptar y ejecutar un plan de trabajo ordenado en tiempo y forma con labores de poda y recogida del fruto de los naranjos existentes en las calles del municipio, para evitar suciedad e incidencias higiénico-sanitarias.
De igual forma, la formación cartagenerista propone un estudio de la posible rentabilidad del reciclaje y reutilización de los restos de poda y recogida del fruto de los naranjos existentes en la vía pública, para su transformación en subproductos.
Para el concejal de MC Cartagena, Enrique Pérez Abellán, “en nuestros barrios y diputaciones existen parques y jardines con naranjos sin podar y pendientes de recoger sus frutos. En el caso de El Algar, por ejemplo, sus espacios públicos sufren abandono y falta de atención en mantenimiento, pues la empresa responsable del servicio no ejecuta las labores especificas en tiempo y forma, con las que evitar las incidencias”.
Y añade que, “eso por no hablar de los tres millares de naranjos que pueden existir en el municipio, como los que se pueden ver en las Cuatrocientas, los de La Concepción o poblaciones del litoral, como así nos lo han trasladado los vecinos”.
Según Pérez Abellán, “tenemos que reconocer que el naranjo tiene un valor ornamental, decorativo, y que sus flores de azahar perfuman las calles, pero no podemos admitir que con la caída de su fruto a la vía pública en los meses de enero, febrero y parte de marzo, se corra el riesgo de caída a su vez de vecinos y transeúntes, que haya suciedad, podredumbre del fruto, malos olores y dificultad para el tráfico rodado”.
Riesgos de la recogida libre
El edil de MC indica que “debemos recordar que este tipo de naranja amarga no es comestible y el riesgo de su recogida libre, tanto del suelo como del propio árbol, por algún desconocedor o insensato puede tener consecuencias para la salud. Pues la piel de esa naranja absorbe todos los gases y productos tóxicos derivados de la polución urbana, como el plomo y metales pesados de las emisiones de los vehículos”.
“Además, si el Gobierno local así lo entiende, podría hacer un estudio de rentabilidad, si no se ha hecho antes, del que sería un mejor reciclaje y reutilización en la recolección de estas naranjas amargas y hojas de poda, pues recordamos que con su destrucción en vertedero se podría reutilizar para abono o compost, que la cáscara de la naranja se puede utilizar para confitura, perfumes y cosméticos o que las hojas pueden ser utilizadas para infusiones que ayuden a estimular el metabolismo”, finaliza Enrique Pérez Abellán.
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