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'La voz del destierro'

Es el título del poemario publicado por el cartagenero José Martínez Hernández, quien vuelca en estos versos el amor a su tierra natal mientras canta a la incertidumbre de la existencia.



El autor de Cartagena José Martínez Hernández acaba de publicar “La voz del destierro” (Aliar Ediciones), un poemario cargado de sentimiento y admiración hacia la vida.

“La voz del destierro” es una obra que aborda la caída en el abismo del infortunio y el desencanto por la vida cuando se miran de frente el poeta y el mundo. Estos versos, sencillos en cuanto a palabras, se muestran complejos si no se sabe que se escriben en primera persona y que en buena parte versan sobre esa enfermedad que no se ve, aquella que provoca el caos en el interior, que duele, que se sufre, que es difícil de sobrellevar. La belleza y la fealdad, la caída y la redención, así como la vida en todo su esplendor son la musa en su sentido más amplio; musa personificada en su compañera inseparable Milagros.

En el poemario, además, se menciona además el recuerdo, la memoria de los muertos, la música clásica, el jazz y el rock, la inutilidad de las revoluciones. El fuego que anuncia el fin de unos tiempos que cíclicamente mueren y renacen para volver a morir y renacer. También hay guiños al cine clásico y a la lectura. Cartagena, patria del autor, está presente en estos versos.
“La voz del destierro” ya está disponible en librerías y plataformas digitales.

El autor
José Martínez Hernández, nacido en Cartagena (Murcia) en 1964, en el seno de una familia de clase media trabajadora, pasó su infancia entre los juegos propios de su edad y la esperanza de un país necesitado de democracia. En los primeros ochenta comenzó para él una condena al olvido en compañía de autores como Rimbaud y Hölderlin, algunos libros clásicos y poco más. Lecturas que marcarían para siempre su espíritu, obras que inspiraron esos años de soledad. Hoy también escribe a su musa, que se hizo carne en Milagros, compañera inseparable en sus últimos años de vida en Sant Joan, (Alicante), donde reside en la actualidad.

Es autor de un cuaderno que une poesía y pintura, publicado junto al artista y amigo Isidoro Conesa Godínez y titulado La voz del desconcierto (2020), que inicia la colección «La Araña Negra», creada por el pintor.


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