El orgullo del 'Sanantonero de año'
José Fernández Martínez, a quien se observa junto a su esposa, Flori Agüera Martínez, está viviendo unas inolvidables Fiestas de San Antón al haber recibido la máxima distinción vecinal. Nacido en la villa, recuerda los buenos años que vivió en su infancia y juventud, con comentarios tan significativos como que lo normal "era que la puerta del patio de la casa siempre estuviera abierta, y si alguna vez se veía cerrada es que había pasado algo", es decir, al contrario que ahora.
La Asociación de Vecinos de San Antonio Abad nombró 'Sanantonero del año' a José Fernández Martínez el pasado 6 de enero, cuando comenzaron los festejos que acaban este fin de semana. Tras la jornada de bendición de animales, en la que acudió sobre un carro tirado a caballo, entablamos conversación con José, quien estaba muy feliz y orgulloso de una distinción basada en su espíritu de vecindad.
"Cuando me lo dijo la directiva que preside Fernando Gallego me dio una gran alegría y creo que es porque siempre que he podido he participado en cosas del barrio. Ahora, lo hago menos, pero voy a intentar retomar en lo que pueda esa cooperación", nos indicaba este sanantonero de 70 años de edad nacido en el número 11 de la calle Bravo y que lleva 49 de matrimonio con Flori.
El matrimonio nos muestra una foto de hace más de cuatro décadas en la que se ve a José más joven tirando de un caballo y que fue portada del libro de unas fiestas en las que ha disfrutado, como ha hecho siempre en la villa sanantonera. "Me lo he pasado muy bien corriendo por las calles, acudiendo a ver películas a los cines de aquí y teniendo una juventud estupenda". Por cierto, aún le quedaba tiempo para ser mayor de edad y ya era socio del casino, entonces 'Casino Unión Juvenil', como nos recuerda. En su somero viaje al pasado también recuerda cuando iba con los amigos andando a Cartagena (la ciudad) o cómo en aquellos tiempos las puertas de las casas o patios casi siempre estaban abierta. "Lo raro era verlas cerradas", apunta.
El barrio "ha cambiado", reconoce, apuntando que es "diferente", sin querer profundizar en su valoración, salvo en la frase de que se ha dejado "perder a este pueblo de San Antón como reflejan tantas casas viejas", deseando que esa evolución cambie de sentido lo antes posible.
