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Gastromedievo

El Mercado Medieval de Cartagena, que hoy acoge su última jornada, se ha convertido en un importante atractivo por los numerosos puestos de mercaderes, por las animaciones y por ver cómo se elaboran diversos productos a las brasas o en sartenes. Lo que también hemos detectado es una muy importante presencia de visitantes extranjeros.



El casco histórico de Cartagena, desde 'la plaza del Lago' hasta la calle de Juan Palás, abarcando la plaza de San Francisco, se ha vestido de Edad Media un año más, siendo foco de atracción para miles de personas que gustan de pasear por las calles que forman los mercaderes con sus puestos y encontrarse con animados grupos vestidos de llamativos personajes, además de tener atractivos como atracciones infantiles de madera para hacer juego con la época y saborear cocinas de varios países.

Este capítulo gastronómico es realmente importante, no sólo por los quesos, cecinas y demás embutidos que se venden, entre otros, sino por los 'escaparates' al aire libre que montan 'restaurantes nómadas', donde se observa la elaboración de cochinillos, pulpos y más manjares al fuego. A ellos se suman los que elaboran sus productos a sarten o los que muestran como se 'abrasan' hermosos jamones.



Durante nuestra ruta vimos bastantes personas con la mirada 'poseida' por esas elaboraciones, al igual que detectamos la presencia en este medievo cartagenero de muchos extranjeros. Dos parejas, a las que preguntamos, eran de Irlanda y otra de Londres, por lo que nos dijeron. Unos nos dijeron que habían llegado en el crucero que estaba en el puerto y otros nos dijeron que residen en La Aparecida y en Estrella de Mar. Eso sí, ni nosotros dominamos el idioma anglosajón ni ellos lo hacen con la lengua de Cervantes. El caso es que el Medievo, por aquí, tampoco tiene fronteras.  



PD. La calle Palas, como se la conoce de forma popular, es en realidad calle Juan Palás o calle Palás.


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